jueves, 17 de julio de 2008

Capítulo 43

XIIIL
Aquél día volvió a tener aquél sueño. Abrió los ojos, todavía sin haberse incorporado de su cama, para él; una piscina de sensaciones y confidente de sus deseos.Aquella mañana se incorporó percatándose de que su torso estaba frío, como la escarcha de su nevera antigua, a causa del sudor que aquél sueño, le había provocado.Tenía muy poco pulso y las manos le temblaban y cuando aún era víctima del cansancio, sentado sobre el colchón y con la mirada bien perdida en el vacío.Fue el momento que su lágrima más rebelde aprovechó la distracción de su carcelero para fugarse de su prisión.Aquél día, él no desayunó, no fue al instituto, no llegó a poner un pie en la suelo... Se sentía débil, sin fuerza, con miedo a lo que el otro lado de la puerta de su habitación hubiera.Soñó con aquella carta que una mañana apareció bajo su almohada. Recordó aquellas caricias que cabalgaron por su espalda a la luz de la luna. Maldijo a cada uno de los granos de arena que forman esa playa azotada por el sol durante el día y aliada de rayos lunares. Volvió a llorar al recordar la última llamada para aquél pájaro metálico que partía lejos...Hoy ya habían pasado cientos de lunas desde entonces, sin embargo, los efectos secundarios de ciertos momentos hacen de él un pálido sufridor de un hechizo sectario, del cual, lentamente se va mejorando.El deseo a veces es de fuego, el placer es egoísta y hace del capricho, su mejor esbirro.Por este motivo, hoy fue víctima de una pesadilla, en la cual prácticamente, la misma arena del mar penetró en sus sábanas.Un viaje en el tiempo que fue duro, a pesar, y en consecuencia, de aquellos momentos que se tatuó en su espalda. Fantasías que fueron tatuadas en su memoria, y él, orgulloso, sonríe al descubrirlas en el espejo de su mente, al igual que un militar cuando regresa de la batalla.El olvido es el mejor alcohol para curar heridas. Pero al igual que este químico, es doloroso y escuece... Del mismo modo que la herida es importante y tardará en mejorar.Siempre le reconfortará pensar que los recuerdos oscurecidos por el tiempo son los que no crean dolor. Y aunque su memoria cosió aquella herida abierta, volverá algún día a soñar, al igual que esta noche, pues su alma lo inmortalizó con bellos óleos, en las paredes de su corazón.

... [ SCNS ] ...

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