viernes, 27 de febrero de 2009

capitulo X. Aquellos labios.


Alguna vez me besaron unos labios.
Ahora dudo si besar yo los tuyos.
¿Cuál es el precio de ese ansiado elixir?
¿Cuánto cuesta el terciopelo?
Tú me dices que no te quiero...
Sin embargo yo te respondo
"No puedo querete si tus labios no son de nadie".
-entonces... abrázame.
··· MNDR ···

lunes, 23 de febrero de 2009

capítulo IX. Interrogación.

Siempre supe que había dos tipos de personas en el mundo;
las que te admiran y las que te envidian.
-odio los domingos-
···MNDR···

miércoles, 18 de febrero de 2009

Capítulo VIII.



Puede que sea luna nueva,

puede que venus esté mosqueada,

quizá quedan espejos rotos,

a lo mejor y tan solo hoy no es mi día.


Seguro que es sudestino, tiritar con una nota de piano gastando toda la noche en buscar en su interior y esperándote a ti. Así, con un escalofrío tocar la canción para el amante que espera salir de su prisión, el sinfonista de los llantos que juegan los los ecos, y el domador de silencio y soledad.


...Mirando al agua apoyado en la barandilla, no tuvo más remedio ante la desesperación que saltar cuando el viento le acariciaba el rostro...

Él saltó.


a lo mejor y tan solo hoy no sea su día.

Sin embargo, hoy es el día tercero, y sigue sin noticias de las esperanzas.

Sigue el luto oficial...


···MNDR···



·

martes, 17 de febrero de 2009

Capítulo VII

Me gustaría recordar volver a sonreir, he olvidado el sentir entre tus brazos, pero no hay nada más que rescatar del pasado. ¿Quién sabe si alguien me agarrará de la mano?¿Quién sabe si volveré a reír sin importar la hora de vuelta? Como sentado entre dos sentidos de una autopista, en la que cada cual avanza a su destino y me mira apenado viendo como no hago más que ver a la gente... ¿avanzar? Hoy rescato aquella canción para los amantes que me fue regalada, que escuchaba en la noche bajo las sábanas con los ojos cerrados.
Subo, me peino con las manos en un reflejo de escaparate, sonrío, me alzo las mangas, sí, creo que estoy presentable...
¿Para qué?¿Para quién?
Me tumbo en la cama, me quedo dormido.
...y vuelvo a despertar y no tengo sueño.
Las esperanzas no respiran, quizá estén durmiendo, quizá estén soñando, quizá hayan muerto.
Lo que estoy seguro, esque hoy doy el luto por ellas.
···MNDR···

martes, 10 de febrero de 2009

capítulo VI. El andén.


Aquel medio día de domingo, sus amigos la propusieron ir a comer a un restaurante del barrio. Ella no tenía gran cuerpo para charlas y risas, sin embargo, terminaron por convencerla. Uno bien sabe cuando sobra cuando deja de escuchar las palabras, y las voces se convierten en sonido ambiental mezclado con el sonido del viento chocar con los árboles o el de millares de palomas peleandose por un trozo de pan en una calle desierta. Hoy no era su mejor día pues su cara era la fotografía de un estanque otoñal con una belleza enorme, pero sin embargo, carecía de movimiento y vida... allí donde todas las hojas de los árboles próximos perecían ahogadas.
Al entrar en el restaurante, dejó de caminar por la acera, y su resultado fueron 1486 baldosas...
Se sentaron, pidieron bebida y el menú para 6 personas. Y en ese momento intentaron averiguar qué le pasaba.
Intenando salir airosa, mintió. Pero esa mentira le sirvió para bloquear más preguntas.
Con un brazo apoyado en la mesa y aguantando el peso de su tristeza, su mirada empezó a recorrer todo el lugar. Tomó la copa de vino, bebió. Siguió investigango. Se atragantó.
Allí estaba él.
Tan solo a dos mesas de ella.
Tosió intentando volver a respirar. Llamó la atención. Aquél chico se giró y la observó preocupado.
Cuando volvió a respirar con normalidad, volvió a mirar.
Era verdad, allí estaba él. Sus gestos, su mirada, su sonrisa, sus rasgos, su ropa, sus manos, su pelo, sus ojos...
Parece mentira que su estómago sintiera otra vez lo que en aquél andén.
Sonrió.
No dejaba de observarle.
El chico allí sentado desviaba su mirada de vez en cuando incómodo, pues ella le contemplaba sonriente, con los ojos bien abiertos, y parecía que en cualquier momento iba a acercarse para besarle.
Ella sabía que no era él, pero tenía un parentesco casi perfecto. También sabía que el otro chico se estaba sintiendo incómodo a consecuencia suya, pero le daba igual.
En ocasiones, engañarse a sí mismo, con tal de sonreír y ver la luz del sol aunque sea por un instante no puede ser malo. Esa fue su reflexión.
El chico, cansado de sus ojos como flechas, no pidió postre y en su lugar se levantó para pagar directamente en la barra.
Ella no dejaba de mirarle, estaba enamorada.
No de aquel chico... sino de un sueño del cual nunca consiguió despertar.
···MNDR···