miércoles, 31 de diciembre de 2008

...y algún que otro cura despistao.




aviso: hoy no tenía pensado escribir...
Como empezar a dibujar los deseos y también los recuerdos que ocurrieron tiempo atrás, los pasados trescientos sesenta y cinco días se pueden resumir en un tránsito plagado de positivismo y de nuevas experiencias. Debo reconocer, que el número siete fue aún más intenso que este que hoy fallece, sin embargo, dos mil ocho, me ha regalado muy buenas emociones y vivencias. -No voy a negarlo-. Ha sido, como ya he dicho un año lleno de cambios, y generalmente para bien a pesar de pequeños detalles. Sin embargo llegado a este punto, nos damos cuenta de que esas pequeñas cosas que nos han negado en ocasiones sonreir en algunos momentos, son razones por las que reír ahora y proponerse cambiar la dirección de la veleta de nuestro avenir.
He cumplido dieciocho años durante estos últimos meses, y cada vez tengo la sensación de que como doce uvas con más frecuencia. Lo cual me hace ver, que quizás esté creciendo demasiado rápido... Llegué a un lugar en el que jugar a los tazos, intercambiar cromos, o esconderme bajo una mesa son elementos que forman parte de mis recuerdos... que hoy son libros cerrados en una estantería, aún por completar. De todas formas creo que los recuerdos nunca mueren, sino que se guardan y forman parte de nosotros. Nunca debemos de perder o reprimir al niño que llevamos dentro. Pues todos hemos tenido infancia, y prácticamente, a raíz de ella hemos crecido y nos hemos forjado una personalidad gracias a la misma.
Pero lo que sí estoy seguro, esque cada día que pasa, nos redescubrimos a nosotros mismos. En mi caso, encuentro, una razón más por la que amar la vida, sentirme bien. Tener mis pasiones, cultivarlas, llenarme... Supongo que mi mayor descubrimiento durante este año, ha sido convertirme en un esteta, enamorado de la belleza. Y un explorador de la misma, buscándola en cualquier rincón donde yo la pueda hallar. Este año, pues, marcó un destino en mi vida, cuyo mayor de mis propósitos, no solo en la cifra nueve, sino en las sucesivas, es buscar la razón máxima por la cual sonreír sin forzar un solo músculo del rostro y darle las gracias a la vida.

NOTA: Gracias, 2008, sea bien recibido el avenir.

···MNDR···

2 comentarios:

jorge dijo...

yo lo que no se es como dejaste tanto tiempo de escribir por aki..


palabra clave: conedicu

jajaja son divertidas

edu_art dijo...

carlitos, me ha encantado. especialmente la ultima frase.

un abrazo muy grande para ti.

feliz 2009